Google va a dejar de rastrear la navegación de los usuarios mediante cookies, lo que abrirá la puerta a otro tipo de metodología, algo que afecta especialmente a los anunciantes en Internet.
Algunos navegadores como Safari o Mozilla ya disponen de sus propios sistemas a tiras tres de cookies
Las cookies (literalmente “galletas”) son pequeñas porciones de información que almacenan en los navegadores de Internet datos sobre la actividad de la navegación (por ejemplo, conservar credenciales de acceso) y que aunque ayudan, por ejemplo, a cargar las páginas con mayor velocidad, también facilitan a webs y anunciantes información sobre el usuario.
Esta intromisión en la privacidad de los usuarios lleva años provocando quejas y contramedidas, en forma de navegadores que priorizan la no utilización de cookies o webs qe prometen no usarlas o no almacenarlas o no vender a anunciantes la información obtenida de las mismas. Ante esas quejas Google ya ha decidido poner coto a las cookies, aunque lo cierto es que lleva desde 2020 posponiendo esta decisión.
El fin del uso de cookies en este buscador plantearía una auténtica revolución dado que Google representa el 60% del mercado publicitario online. Para tratar de presentar una alternativa a estos sistemas existen distintas plataformas que están intentando desarrollar modos de pseudonimizar los datos de manera que exista información rastreable relacionada con la actividad del internauta pero que al mismo tiempo se respete su privacidad.
Ser trataría de poder generar perfiles de los usuarios de la Red en cuanto a procedencia, horarios de conexión, preferencias… pero sin desvelar ningún tipo de dato personal. Esto permitiría a los anunciantes poder mostrar publicidad relevante online sin afectar a la privacidad del navegante, cuya identidad nadie conocería.
Algunas empresas desarrolladoras de nuevas herramientas de rastreo alternativas a los cookies comienzan a emplear la inteligencia artificial para poder comprender lo que aparece en imágenes y vídeos y así poder detectar qué asuntos interesan a los visitantes de las páginas web. Esto permite poner en marcha campañas más efectivas para las marcas y más atractivas para el público sin que, además, sea necesario conocer la identidad de los usuarios.
Se trata de identificar no al usuario sino su conducta, de forma que lo relevante es poder mostrar anuncios a alguien que se sabe que ha visitado páginas web con un determinado contenido para que la publicidad que vea se ciña a aquello que le interesa.
