Ahora que se termina el año, es el momento perfecto para anticipar lo que puede ocurrir en 2017 partiendo de lo que nos ha dejado 2016.
Más atención a la ciberseguridad
Puesto que en 2016 ha habido un montón de hackeos masivos y que todo el mundo ha tenido en cuenta, no solo los expertos en seguridad, es evidente que la ciberseguridad va a ser un tema trascendental para 2017 que estará en boca de todos y que determinará una parte de la estrategia empresarial de varios gigantes tecnológicas.
No hay que plantearse este asunto, sin embargo, como algo que depende de las grandes empresas y que está fuera del usuario medio. Activar las medidas añadidas de seguridad en teléfonos móviles, como la verificación en dos pasos para WhatsApp o Facebook Messenger, es algo que depende de cada usuario.
Conocer mejor nuestros derechos como usuarios de distintas plataformas y que estas los garanticen va a ser una de las claves del año que viene.
La ‘guerra’ de los drones
Aunque ya llevan años comercializándose a nivel de usuario para grabar vídeos o simplemente para los fans de los vehículos por radiocontrol, ahora los drones van a emplearse para un montón de cosas más, si es que los organismos que regulan su uso en espacios públicos están de acuerdo con ello.
Amazones la principal interesada en que las normativas les favorezcan, pues quieren lanzar servicios de reparto mediante drones: no hay un humano al que pagar, son más rápidos y no van a equivocarse de dirección, en teoría.
Otras empresas también están mirando cómo usar los drones para sus repartos. Dominos quiere repartir pizzas por el aire, sin ir más lejos, por lo que la inversión en drones y los cambios en la regulación sobre ellos será un tema importante en 2017.
Inteligencia artificial hasta en la sopa
Google, Apple, Facebook, Samsung… Todas están desarrollando lo que, de momento, se denominan ‘asistentes’ personales para ayudarnos en tareas cotidianas y en el uso de nuestros móviles. En realidad, lo que hay detrás son inteligencias artificiales con un potencial inmenso.
Ya hemos visto experimentos de todo tipo, desde imágenes que mejoran su resolución y aspecto gracias a la interpretación que hacen las IAs hasta música compuesta con un poquito de ayuda humana por dichas máquinas.
En 2017, veremos cómo los asistentes personales no solo mejoran en los teléfonos móviles, sino que llegan a muchas otras partes, como televisores u ordenadores.
¿Móviles que se doblan?
Mucha gente da por hecho que los teléfonos no volverán a ser pequeños porque necesitamos cada vez pantallas más grandes, de entre 5 y 6 pulgadas en algunos casos. Es posible que, si Samsung y Apple lanzan los teléfonos plegables que tienen patentados, esto no sea del todo cierto.
Si volvemos a utilizar teléfonos que se doblan por la mitad y que tienen pantallas preparadas para resistir ese cambio de forma, es muy probable que tengamos pantallas inmensas, de más de 6 pulgadas incluso, en el cuerpo de un teléfono de 3 o 4 pulgadas. Eso, o tendremos teléfonos del mismo tamaño, pero con pantallas dignas de un tablet, que también es posible.
Lo que está claro es que en 2017 veremos cómo las grandes compañías empiezan a experimentar en serio con los teléfonos abatibles. Las ‘malas lenguas’ dicen que Samsung será la primera en lanzarse a esta nueva corriente.
Las convertibles se comen a los portátiles
Nos encanta el Surface Pro 4 de Microsoft y pensamos que es el futuro de los ordenadores portátiles: es potente, tiene una pantalla táctil y se puede usar como tablet y como ordenador, dependiendo de si se le pone el teclado o no. Su hermano mayor, el Surface Book, es similar, aunque no ha llegado a España aún.
Y no es el único convertible que se ha propuesto acabar con los portátiles de toda la vida: Lenovo tiene algunos modelos interesantísimos y Asus está consiguiendo cosas muy interesantes. Por su parte, Apple y Samsung están haciendo que sus tablets también puedan usarse casi como ordenadores.
¿Y si 2017 fuera el punto de inflexión en el que los portátiles dejaran de ser realmente necesarios para trabajar fuera de la oficina? Los convertibles todavía tienen que mejorar un poco más para que esto sea realmente cierto, pero no mucho más de lo que ya han mejorado en 2016.
Las redes sociales tendrán que cambiar
Facebook y Twitter han tenido un mal año: la primera más en cuestiones de imagen y la segunda, en todos los sentidos posibles. Entre las acusaciones de haber jugado un papel involuntario, pero trascendental, en las Elecciones de EEUU; de no actuar contra el acoso y de publicar noticias falsas a punta de pala.
Esta situación podría repetirse en 2017 si las nuevas reinas del mambo, esto es, Instagram y Snapchat, no están atentas de cómo adaptarse a los tiempos, que cambian a una velocidad imposible para todo el mundo: lo que antes estaba de moda, puede que pronto no lo esté.
En 2016, imitar a Snapchat ha sido la moda, pero en 2017 puede ser cualquier otra cosa que todavía esté por venir. Y aunque la caída de estos grandes nombres no sería inmediata, todos sabemos lo rápido que se puede abandonar una red social si no se toman las decisiones adecuadas en el momento adecuado. MySpace, Tuenti o Vine son ejemplos muy dolorosos de ello.
¿Cómo tendrán que cambiar, pues, las redes sociales? No lo sabemos. Esta expresión de Internet es difícil de anticipar y más difícil todavía de entender para muchas personas, por lo que quizá esto último sea un paso por el que empezar: ¿cómo puede una madre de 50 años usar Snapchat?
La realidad virtual: o se asienta o muere
Pese a que HTC Vive, Oculus Rift y PlayStation VR se han lanzado en 2016, parece que la tecnología de realidad virtual no termina de asentarse. Pese a que Samsung ya había conseguido popularlizarla un mínimo entre dispositivos móviles y pese a la apuesta de otras grandes compañías, como Google con Daydream, parece que tendremos que esperar a 2017 para ver qué ocurre en este panorama.
Hay varios problemas que impiden que la RV se popularice a mayor velocidad, como el precio de los dispositivos o lo caros que son los ordenadores o componentes que permiten jugar con fluidez a los videojuegos adaptados al formato.
A su vez, no se ha encontrado un uso real a la tecnología más allá de algunos experimentos visuales y los ya mencionados videojuegos. ¿Cómo se plantean el cine, la televisión u otras plataformas este tipo de tecnología? Está por ver.
Por último, es de esperar una mejora de la tecnología (mayor resolución, mayor tasa de imágenes por segundo, etc.), pero también un abaratamiento sin que eso signifique una peor imagen.