La toma de decisiones, la elección de un producto adecuado a los objetivos y la medición de los riesgos, los puntos reforzados por las nuevas técnicas según Unigestión.
Al igual que en otros campos, la tecnología ha llegado para quedarse también en el mundo de la inversión. Con las nuevas técnicas y formas de trabajar que ha traído consigo, los gestores disponen ahora de un elenco de herramientas más variado a la hora de adoptar decisiones, más facilidades para calibrar con mayor precisión los riesgos y de otras formas de relacionarse con sus clientes, según detallan los expertos de Unigestión.
La gestora especializada en renta variable, capital riesgo, activos alternativos líquidos y multiactivos tiene actualmente bajo su responsabilidad 23.200 millones de dólares (21.074 millones de euros) procedentes de 450 clientes institucionales. Con el fin de conseguir mejores resultados para ellos, asegura dotar a sus equipos de inversión con tecnología punta para que puedan analizar y comprender con mayor profundidad los mercados financieros.
Dos de las más poderosas herramientas tecnológicas que aplica Unigestión son el machine learning y el big data. Gracias al big data, la gestora especializada reúne y estudia las informaciones que se publican en los medios de comunicación sobre diferentes empresas. Con el fin de evitar posible ruido informativo, su sistema pone especial atención en el caso de que la misma información sea publicada por varios medios. Por su parte, el machine learning sirve como apoyo al proceso de toma de decisiones por su facultad para procesar patrones complejos de relación entre variables, erigiéndose así según Unigestión como una alternativa superior a la regresión lineal tradicional.
Fiona Frick, consejera delegada de Unigestión, destaca que el asumir riesgos de manera inteligente es un factor clave ya que sin él no hay beneficio; «para ayudarnos en esta gestión del riesgo, usamos lo que denominamos inteligencia colaborativa entre el hombre y la máquina», desvela.
Frick señala que este método de trabajo se trata de «una combinación muy poderosa». La máquina aporta la capacidad de hacer tareas de forma muy rápida, leer ingentes cantidades de datos y una forma de pensar sin sesgos emocionales. «El humano es clave en el proceso porque aunque la máquina analice el pasado en busca de respuestas para el futuro, normalmente el futuro es diferente y más en tiempos de inestabilidad política», razona Frick.
Entre otras ventajas que Unigestión posee gracias al empleo de nuevas tecnologías se encuentra la de poder elaborar carteras totalmente a la medida de cada cliente. La firma analiza la cartera actual del interesado, consulta su perfil de riesgo, su suposición sobre el devenir del mercado y posteriormente aplica diferentes simulaciones. «Podemos mostrarles el impacto de sus preferencias en términos de riesgo, liquidez y retorno esperado», indican desde la gestora.
«No tratamos de predecir el futuro, tratamos de comprender mejor el escenario actual, es importante tener entre 20 y 80 datos de cada país que midan en tiempo real cómo lo está haciendo su economía y observar cuántos están yendo a mejor y cuántos están empeorando», explica la consejera delegada.
A pesar del potencial de la máquina, Frick hace hincapié en la importancia de mantener el factor humano en la gestión de activos. «No ponemos en confrontación al hombre y la máquina, la gestión pasiva usará la tecnología para replicar un índice de la manera más eficiente, en la gestión activa, la usamos para tratar de encontrar buenas oportunidades de inversión», concluye.